Artículos de opinión

13 de mayo de 2016

Paco Cuenca merece ser alcalde

Salvo quien lo ha vivido (y sufrido), nadie imagina lo difícil que resulta formar parte de la oposición en una corporación local. Claro que también depende de cómo sea el gobierno y de cómo sean sus integrantes. Por ello, es muy complicada la oposición cuando el gobierno tiene mayoría absoluta y la usa como un rodillo acrítico, sordo, cuando no burlón, a toda propuesta que provenga de la oposición por muy lógica, coherente y de sentido común que ésta sea.

Tus propuestas para hacer más y mejor ciudad, el trabajo constructivo para el que sientes que te han elegido, caen en un saco roto constantemente. E incluso pueden llegar a sufrir un destino paradójico: que aquello que propones no se haga solo porque lo propones tú independientemente de su valor intrínseco.

Debe costar estar en la oposición cuando el gobierno municipal busca un permanente enfrentamiento contra la administración de la Comunidad Autónoma, gobernada por tu mismo partido, con la única intención de desviar el foco de donde realmente debe situarse.

Debe hacerse muy duro estar en la oposición cuando además ves, te cuentan y recibes mensajes sobre supuestas tramas corruptas en lo urbanístico y en lo no urbanístico, y ejerciendo tu responsabilidad, y actuando como es tu deber y obligación, lo pones en conocimiento de la justicia y esta archiva el caso al estimar que los hechos no eran constitutivos de infracción penal aunque precisamente la denuncia propiciara la imputación del alcalde (además de empresarios) unos meses antes. Y tragando saliva respetas la decisión que no compartes porque crees llevar razón: a la vista está tras los últimos acontecimientos de la UDEF y en los que uno de los puntos neurálgicos como es el caso de la Pista de Hielo en el Cerrillo de Maracena.

Y debe resultar aún más duro formar parte de la oposición cuando por ejercer tu obligación moral y legal de y tu labor de fiscalización, denuncias una supuesta trama urbanística en y el alcalde contraataca exigiendo que los denunciantes pidan perdón y amenazando con la presentación de una querella contra los que forman parte de la oposición. Unas acciones legales que emprendió por un posible delito de acusación o denuncia falsa que acabó con la imputación de los ocho concejales de la oposición posteriormente archivada. Ahora entendemos mejor el por qué de tanto empeño: ¿amedrentar quizá, atemorizar y que los/as ocho se retrajeran a la hora de denunciar otro posible caso de corrupción en Granada?

Y a pesar de toda la dureza y la complejidad de ser oposición en el Ayuntamiento de Granada con este equipo de gobierno, con tres de sus miembros ya caídos, Paco Cuenca ha estado y ha permanecido junto con todo su equipo.
A los últimos grupos municipales del PSOE, que no pudieron gobernar se les criticó no permanecer en la oposición. Nadie podrá reprocharle esto a Paco Cuenca porque nunca estuvo en su cabeza. El y su equipo han estado trabajando desde la oposición tras las dos últimas elecciones municipales en las que no pudieron alcanzar el objetivo con el que se habían presentado: gobernar. Cierto es que, en mayo de 2015, a punto estuvo de liderar un cambio y de empezar a trabajar para acabar con la presunta corrupción. Pero pesaron más más las intrigas del todavía Presidente del PP de Granada -pero ya finiquitado Presidente de la Diputación de Granada y primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Granada desde 1992- Sebastián Pérez (con razón se dice que “Torres” más altas han caído).

Ser oposición y permanecer en ella en Granada ha sido amargo y desagradecido en los años del TorresHurtadismo. Paco la ha ejercido de manera absolutamente responsable y leal a la ciudad y sus electores: Paco Cuenca merece ser Alcalde.

Lo peor es que tras todo este tiempo, Paco Cuenca tendrá que gestionar un Ayuntamiento con varios elementos en contra: un gobierno en minoría, una herencia de supuesta corrupción aireada en todas las portadas de periódico del país y una penosa situación económica.

Paco Cuenca tiene lo necesario para alcanzar esa alcaldía que merece sin duda: fuerza para acabar con el presunto modelo urbanístico corrupto con epicentro en la Plaza del Carmen y experiencia al frente de la gestión y de equipos. Paco merece ser el alcalde de Granada y Granada merece un alcalde como Paco.

Olga Manzano
Parlamentaria andaluza del PSOE por Granada

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