Artículos de opinión

24 de mayo de 2013

Virgilio Castilla Carmona, verdad, justicia y reparación

Virgilio Castilla Carmona, verdad, justicia y reparación

….labor asidua y honrada aunque ingrata…

pero muy sensible al interés colectivo

Tan solo hace unos días –y a través de nota de agencia- nos llega una noticia de normalidad democrática. A iniciativa del grupo socialista de la Diputación de Granada se propone mediante moción reconocer la memoria del único presidente de la corporación granadina que perdió la vida –de forma violenta- ejerciendo su cargo, a principios de la guerra civil de 1936. Por fin, aunque notoriamente tarde, se rendiría justo reconocimiento en un acto ciudadano, corolario de la conmemoración de dicha institución cuando se cumple el bicentenario de la misma. ¡Pensábamos que dicha iniciativa iba a salir adelante! y el salón de plenos de tan noble institución perduraría para generaciones venideras flanqueado con una placa en honor y memoria de Virgilio Castilla Carmona, primer presidente electo democráticamente de nuestra historia granadina y en recuerdo de tantos concejales que, como él, dieron su vida y su libertad en defensa de sus ideales y principios políticos; vidas en todo caso arrebatadas por el plomo de aquel verano tan dramático de 1936 en Granada.

Todo parece indicar que –¡¡¡ingenuos de nosotros!!!!- la normalidad tendrá que esperar a que una parte de la Granada actual sea sensible a la buena memoria. Aquella que nos hace libres y sabe mirar hacia delante con la altiva mirada de la justicia.

Si la mayoría absoluta que gobierna la Diputación de Granada no lo remedia, si no se tuerce la voluntad política de la jerarquía férrea que impera en la dirección –que no en las bases- del Partido Popular de Granada “al ordeno, mando y vigilo de Sebastián Pérez Ortiz, nuestra corporación provincial perderá otra oportunidad para contribuir al logro de la normalidad política de la sincera reconciliación entre los granadinos, truncada hace más de ochenta años del final de la guerra civil.

Porque en la Granada de 2013 y en las circunstancias y exigencias actuales, porque en el desarrollo y en el contexto de la vida civil y política nacional e internacional repugna a la inteligencia y a la sensibilidad democrática el desconocimiento consentido o no de nuestras raíces y de nuestra realidad. Repugna actuaciones que prefieran mirar hacia otro lado cuando se reivindica la Memoria Histórica, lo que significa repudiar la dignidad de lo que fuimos y lo que somos.

La ‘buena memoria’ es oportuna y necesaria. Como es oportuno y necesario recordar y dignificar -en la persona de Virgilio Castilla Carmona, hombre comprometido con la acción política de forma coherente y global en los tiempos que le tocó vivir y soñar- la Política en letras mayúsculas.

La ‘buena memoria’ es, aplicada al ciudadano Virgilio Castilla Carmona, verdad. Porque Granada y los granadinos deben conocer la verdad de nuestra pasado inmediato. Un presidente que representaba la voluntad mayoritaria de todos los pueblos de la provincia, un presidente que era el primer concejal de los concejales electos democráticamente en aquel 12 de abril de 1931 fue ejecutado por su ideas y por representar a la institución mayoritariamente de izquierdas, gracias al pacto de socialistas y republicanos de centro izquierda de 1931-1936. Fue ejecutado por su liderazgo en la provincia de Granada, por no secundar y no aceptar el golpe de estado violento que se produjo en España el 18 de julio (en Granada y provincia a partir de la tarde del 20 de julio de 1936).

La ‘buena memoria’ es, aplicada a Virgilio Castilla Carmona, justicia. Los granadinos de hoy y las generaciones más jóvenes deben conocer la injusticia de aquellas desapariciones violentas que se llevaron por delante a miles de granadinos en 1936. Deben conocer la aniquilación de las élites de partidos de izquierdas, socialistas, comunistas, republicanos y la aniquilación sistemáticas de sus bases políticas y sindicalistas, ugetistas y anarquistas que se opusieron a la sublevación fascista y militar del verano de 1936 y que desencadenó la división y la guerra civil en la provincia. Deben conocer los granadinos y asumir la farsa a-jurídica e injusta del procedimiento y encausamientos de los tribunales sumarísimos de urgencia que cegaron las vidas de Virgilio Castilla Carmona y de un ramillete de políticos y sindicalistas de primer nivel en julio de 1936. La causa 33-(47)/1936 por rebelión militar condenó a muerte a Virgilio Castilla Carmona, presidente de la Diputación; al ingeniero de Obras Públicas, Juan José Santacruz Garcés,  quien proyectó la carretera de la Sierra y la promoción turística del actual Parque de Sierra Nevada y quien fuera diputado en las Cortes Constituyentes de 1931-1933; condenó a muerte a Antonio Ruz Romero, dirigente de la Federación Socialista de Granada maestro de personal y oficial retirado del Cuerpo de Artillería en la Fábrica de Pólvoras de El Fargue; condenó a muerte a José Alcántara García, albañil y dirigente sindicalista y al abogado de Izquierda Republicana Enrique Marín Forero. Una representación de la izquierda antifascista, élite política que debía ser aniquilada para doblegar la resistencia antidemocrática en la provincia. Todos los encausados fueron detenidos en el Gobierno Civil, conducidos a prisión como miles de granadinos…. y su suerte se decidió cuando las nuevas autoridades golpistas pudieron comprobar sobre el 29 de julio de 1936 el fracaso de la sublevación del 20 de julio. Así que se monta la farsa del consejo de guerra urgentísimo el mismo 30 de julio; la sentencia está preparada… se conoce el fallo el 1 de agosto de 1936 y en la madrugada del 2 de agosto de 1936 tiene lugar la ejecución. Durante dicha “farsa” que se celebra en las dependencias de la Comandancia Militar se evidenciaron  anomalías procesales: la incompetencias de los oficiales instructores y componentes del consejo de guerra como el rechazo de pruebas y testimonios solicitados por la “defensa de Virgilio Castilla”, entre otras, solicitadas por todas las defensas de los procesados. Pero la “sentencia venía hecha”: procede condenar a los procesados Virgilio Castilla Carmona, Juan José Santacruz, José Alcántara García, Antonio Ruz Romero y Enrique Marin Forero como autores de un delito de rebelión  ya definido a la pena de MUERTE… y al procesado Virgilio Castilla Carmona, como autor de un delito de insulto de obra a la fuerza armada en tiempo de guerra y plaza sitiada sin perjuicio de la pena anterior y para caso de indulto a pena de muerte……No se comprobó ninguno de los cargos, porque no se respetaron las garantías procesales, maquinaria militar que, sin embargo, perjudicó sobre todo a Virgilio Castilla, en lo que toca a la supuesta agresión armada al comandante Valdés, quien denunció con testigos falsos.

A las 24 horas de las ejecuciones se pone en marcha las correspondientes diligencias para trabas y embargos de los bienes de los cinco dirigentes fusilados. A la muerte física le siguieron las responsabilidades civiles y económicas. Se decretó una responsabilidad civil en un millón de pesetas (de 1936!!!). Comenzaba el botín y saqueo de guerra que discurrió paralelo a la aniquilación de demócratas, socialistas y republicanos.

Pero la ‘buena memoria’ es, aplicada al presidente de la Diputación Provincial socialista de Granada durante 1931-1936 Virgilio Castilla Carmona, reparación. Reparación de la importante labor política y el sentido progresista de su actuación como agente dinamizador de la provincia en su tiempo. Virgilio Castilla obtuvo su acta de concejal el 12 de abril de 1931 por el distrito Universidad, siendo elegido presidente de la Diputación hasta su destitución gubernativa en enero de 1934. Perteneció al ala moderada del PSOE, cercana a la posición de Estado del catedrático y ministro Fernando de los Ríos y Urruti, lo que le valió ser elegido vicepresidente de la Federación Provincial del PSOE. Tras el triunfo de las candidaturas republicanas-socialistas de febrero de 1936 fue repuesto en la presidencia de la Diputación. Estrechos colaboradores de Castilla Carmona en la Diputación fueron Francisco Gómez Román, Miguel Tovar Martínez (Albuñol-Ugíjar), José García Vicente (Iznalloz), Manuel Pedrosa (Motril), Manuel Fernández Montesinos (vicepresidente en 1936), Juan Miguel Pérez Larios (Alhama-Orgiva), todos socialistas y todos fusilados durante la guerra. Durante el mandato de Virgilio Castilla Carmona se distinguieron con claridad ejes de su actuación pública: fomento y mejora de la comunicaciones, la atención a la beneficencia provincial y su preocupación por invertir en políticas que impulsaran el empleo en las zonas deprimidas de la provincia, además de dignificar la institución (bajo su mandato consiguió que la Diputación dispusiera del Palacio Bibataubin, gestión económica extraordinaria) y mejorar las arcas y fondos provinciales a base de actualización y agilización de la administración y recaudación. Esa conciencia social sobre el medio rural que él bien entiende y desarrolla durante el llamado bienio reformista de 1931-1933 le granjeó la enemistad de los intereses corporativos del mediano y gran propietario conservador granadino que le quiso fuera de la Diputación. Momentáneamente lo consiguieron durante 1934 y 1935, separación que le ocasionó un una enorme tristeza como tuvo oportunidad de expresar en un informe que es un verdadero testimonio político personal: ….prescindiendo de hipócritas modestias importa consignar que, esta labor asidua y honrada aunque ingrata y restadora de personales amistades, ha sido llevada cabo con entusiasmo, por nombres muy modestos pero muy sensibles al interés colectivo, sin tener que apelar a nuevos impuestos, a nuevos arbitrios y soportando las soluciones de continuidad que imponen la paralización de la gestión recaudatoria en los plazos electorales. ¡Bien debemos haberlo hecho cuando la malicia no ha encontrado otra trinchera….

Honestidad e impulso emprendedor con miras al interés general lo aplicó durante su trayectoria política y trayectoria personal, lo que hace de Virgilio Castilla un líder querido, carismático y perseguido políticamente mediante su destitución gobernativa y su detención durante la huelga campesina de la primavera de 1934. Pero su compromiso por los intereses generales ya los venía diseñando desde su contacto con los emprendedores progresistas que tenían su representación en la Cámara de Comercio Industria y Navegación de Granada, donde se citan y representan una clase social más dinámica que la viejas oligarquías agrícolas y dominantes en la Granada de los años treinta. Desde 1924, Virgilio Castilla Carmona en calidad de industrial y comerciante del sector textil (“Sastreria Siglo XXI, en Reyes Católicos, nº 8, copropietario con su hermano Luis) es miembro de la Cámara de Comercio, en 1930 ya es elegido vicepresidente primero, con responsabilidad en la Comisión de Comunicación y Transportes y en el Consejo Provincial de Enseñanza Industrial. En los debates y resoluciones que estimula la Cámara de Comercio se percibe la energía y la mirada de futuro de Virgilio Castilla como agente impulsor de una Granada de mayor relevancia. Recuérdese, por citar algunas iniciativas, las reivindicaciones en materia de transporte por ferrocarril (diseño de los ferrocarriles de Baza a la Encina; Torre del Mar a Zurgena con enlace en Motril; el de Granada a Torre del Mar por Alhama; de Ventas de Zafarraya por Alhama; el de Lucena a Loja, el de Dúrcal a Motril; el tren Granada a Jaén) en cuanto a nuevas infraestructuras. O las reivindicaciones para mejorar el transporte de mercancías y de viajeros que ofrece la Compañía de Andaluces y como motor de desarrollo zonas agrarias y turísticas de la provincia de Granada.

Donde estará siempre presente la huella de Virgilio Castilla es en la apuesta por otras obras públicas esenciales planteadas durante la Segunda República: Puerto de Motril, Cable Aéreo Dúrcal Motril, Carretera de Sierra Nevada, Edificio del Banco de España, Casa de Correos y Telecomunicaciones, Pantano del Cubillas, Sanatorio Antituberculoso, Hospital de Salud Mental…. cuyas últimas fases se concluyeron durante el Franquismo. Como fue impulso decidido la apuesta por la promoción mediante Ferias de categoría impulsadas bajo su vicepresidencia, así como el estimulo a la formación como será la Escuela Profesional de Comercio de Granada, cuyos enjambres los pondría esa  generación a la que pertenece Virgilio Castilla.

‘Buena memoria es, según entendemos desde el movimiento memorialístico, ‘memoria de reparación de tanta injusticia contra la trayectoria personal y colectiva de esa generación aniquilada que tanto merecimiento y proyección tenían para la provincia de Granada. Paradojas de la vida…. o de la muerte: dos hombres avanzados en su tiempo como Virgilio Castilla tan preocupado por las infraestructuras y la formación comercial y el ingeniero Santacruz -artífice de uno de los pilares básicos del desarrollo turístico y natural, además de desarrollo comercial y de ocio- compartieran dramáticamente sus últimos alientos de vida clavando sus ojos ensangrentados en el cielo estrellado de una madrugada granadina, junto a las tapias del Cementerio de San José, en aquel verano del 1936. Por la memoria de lo que supieron hacer –hoy, en 2013- reivindicamos la solemne anulación de sentencias como la que se dictó en el Sumario 33-47 de 1936.

Consecuentemente, la ‘buena memoria’ es, además, aplicada a la generación de Virgilio Castilla, reconocimiento. Reconocimiento que consideramos extensible al resto de responsables públicos de Granada y su provincia. Reconocimiento a los hombres de la Segunda República de Granada; reconocimiento de los concejales electos del grupo socialista y republicanos de izquierdas que fueron fusilados en su totalidad, durante y en los primeros años del franquismo. Reparación y reconocimiento a tantos y tantos concejales que dieron su vida y perdieron su libertad por representar siglas contrarias a las fuerzas militares y sociales que propiciaron la sublevación de julio de 1936. Reconocimiento debido a los compañeros de la corporación provincial socialista que, junto con su presidente Virgilio Castilla Carmona, también fueron fusilados en guerra y postguerra.

Verdad, justicia, reparación y reconocimiento que demandan familiares directos de esos hombres ejemplares, demandas que hacemos como ciudadanía comprometida con su pasado reciente, para su mejor conocimiento y para superar las décadas de silencio, miedo y amnesia colectiva …que nos redima del luto…suspendido.

Verdad, justicia, reparación y reconocimiento para necesaria, profunda y sincera reconciliación  ciudadana.

¿Será capaz el PP de Granada de negar el reconocimiento oficial a quienes lucharon por la dignificación de sus pueblos y de sus gentes?

Rafael Gil Bracero

Presidente de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.

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